Concurso de Microrrelatos SMs


Concurso de Microrrelatos SMs

La editorial SM, con motivo de la celebración de la 32ª Edición de los Premios de Literatura Infantil y Juvenil El Barco de Vapor y Gran Angular, convoca el I Concurso de Microrrelatos SMs.
Los microrrelatos que se presenten podrán tener una extensión máxima de 160 caracteres -incluidos los espacios y sin contar con el inicio “No quedaban libros”

Aquí iré dejando los Microrrelatos que vaya presentando a dicho concurso para que podaís leerlos. (El sistema de votación empleado en dicho concurso no me parece el más adecuado ya que ganará el que más «amigos virtuales» tenga (no es mi caso, jajaja). Supongo que es cuestión de marketing, pero el concurso en si es bastante atractivo por la brevedad de los relatos (160 carácteres) espero que os agraden:


Memorias de un dictador.

No quedaban libros que quemar ni enemigos que ejecutar, aburrido, dictó sus últimas palabras al escribano antes de tomar la píldora suicida.


Almas vacias.

No quedaban libros que hablaran de amor, ni poetas, ni emociones, ni enamorados, no quedaban llantos, ni sentimientos, ni rosas rojas, tan sólo rutina en aquellas vidas ausentes.


El fin de la magia.

No quedaban libros que hicieran sonreír a un niño. No quedaban niños que hicieran escribir un libro.


Desafío.

No quedaban libros…
-¡Aún nos queda la palabra!– Gritó mientras cercenaban su lengua.


Tiempo de paz.

No quedaban libros donde firmar el armisticio, aquel minúsculo error se cobró por minutos la vida de mi amado.


Mal Viaje.

No quedaban libros en mi equipaje de mano, sin darme cuenta facturé mis ilusiones.


1989.

No quedaban libros rojos en Tian’anmen…


El Donante.

No quedaban libros ni revistas eróticas en aquella fría sala, resultó sumamente gratificante revivir mis propias fantasías.


La Máquina del tiempo.

No quedaban libros de instrucciones. ¿Cómo regresaríamos?


Erase una vez…

No quedaban libros, pero eso es otra historia…


Lapsus lingüe.

No quedaban libros… Ups… ¡Perdón!, quise decir… lectores.


Problemilla…

No quedaban libros ni clasificadores, ni espacio vital, ni tinta en las impresoras del INEM…


Ética periodística.

No quedaban libros de estilo en las agencias tras la última catástrofe.
Cadáveres despojados de dignidad inundaban las portadas de los infames diarios.


Catecismo.

No quedaban libros de religión en las escuelas. ¡Ni falta que hacía!


María.

No quedaban libros de papel en el estanco de la esquina, tuvo que hacer virguerías para terminar el canuto… ¡Que chica más apañada!


Universo futuro.

No quedaban libros, ya que las bibliotecas holográficas proyectaban mediante interferómetros y oloroscopios éter luminífero en formas fractales asimiladas por el ADN suprahumano.


Morbo.

No quedaban libros por restaurar en la abadía. Atraído por la erótica osadía de aquellos relatos, el monje aprovechó un despiste del Abad para derramar tinta sobre el manuscrito.


Colección de lujo.

No quedaban libros de tapa blanca cuando regresé. Me llevé las manos a la cabeza. Dios! ¿Cómo ha ocurrido esto? Mi sobrina miró de reojo y sonriendo continuó pintando las paredes.


Nostalgia.

No quedaban libros mágicos de color y fantasía, parajes lejanos, mundos de ensueño, genios y duendes, mil aventuras, espadachines, brujas malvadas, bellas princesas y final feliz.


Revolución Cultural.

No quedaban libros de idiomas, se impuso por decreto el idioma universal. Alguien osó gritar en una lengua extraña. Miles de voces se alzaron propagando la riqueza de la diversidad.


Heridas Abiertas.

No quedaban libros conteniendo rosas en todos los versos que tú me inspiraste. Lanzaré sus pétalos al viento, lograré olvidarte. Guardaré una espina para recordarte.


La Bibliotecaria.

No quedaban libros en la biblioteca pública del pueblo, la señora Orosia hace tiempo que se jubiló y se llevó a todos sus “niños”. Dada su modesta pensión… quizás ande por ebay…


Reconversión industrial.

No quedaban libros, las fábricas de celulosa fueron clausuradas por el ministerio de medio ambiente, centrando su producción en máscaras de oxigeno debido a la escasez de árboles.


Bando.

Por orden del señor alcalde, se hace saber: ¡QUE NO QUEDABAN LIIIIIIIIIIIIIIIIIIBROOOSS! ¡He dicho!.

~ por Gotzon en 27 enero, 2010.

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