Las Editoriales (Microrrelatos)

Al comprobar la proliferación de editoriales online el micólogo se dedicó por fin a recoger setas.

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Mientras el editor artesanal convierte papel y cartón en fantasía, la Gran Editorial transforma cada vuelta de hoja en un perverso tintineo.

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El futuro heredero del imperio editorial nunca duda al responder a aquella pregunta. Él, como su padre, de mayor quiere vivir del cuento.

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Para asegurar calidad en los originales recibidos, la editorial solo admite obras de cuyo autor se adjunte certificado oficial de suicidio.

(este pretendía ser un homenaje a J.K.Toole, autor de La biblia de neón o La conjura de los necios… misión imposible en 140 caracteres, XD)

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Al comenzar el interrogatorio policial, el asesino en serie fue rotundo: No diría una sola palabra salvo en presencia de su editor.

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El palindromista no cedería su original a cualquier agencia literaria. Pero al ver el nombre de aquella gritó:
¡La editorial LAIROT, ideal!

Y este para Bruce Campbell…

Ni comité de lectura, ni corrector de estilo, ni…
¡Ni Dios se dio cuenta de que «Klaatu barada nikto» estaba mal escrito en el Necronomicón!

~ por Gotzon en 9 enero, 2014.