Redundancia crítica. (Microrrelato)
Redundancia crítica.
Tras recuperarme de la última crisis existencial, decido hacer caso omiso a la parte más modesta de mi conciencia y tomo la determinación de entrar a formar parte del infinito mundo virtual. Mi pretensión, además de ser un intento por ensalzar mi ego, no va más allá de compartir con el mundo mi arte, mis ideas y mi experiencia vital.
Una vez escogida la apariencia de mi blog, utilizo la herramienta que me permite introducirme de inmediato en aquellos círculos que considero más afines a mis gustos y preferencias. Me dispongo a redactar con sumo cuidado mi primera entrada, un texto meticuloso con una única finalidad: servirme como carta de presentación. En definitiva, un relato sorprendente y desgarrador, demasiado personal como para ser entendido por alguien ajeno a mí.
Mientras espero con impaciencia la llegada de los primeros comentarios, mi atención es cautivada por un atractivo menú lateral, en el que cientos de enlaces parecen conectar mi bitácora con otras de similar estructura y temática.
Visiblemente contrariado, siento que me aborda una nueva crisis de identidad al revisar uno por uno aquellos vínculos. En todos ellos aparece tan solo una entrada escrita a modo de presentación. En definitiva, un texto meticuloso, un relato sorprendente y desgarrador, demasiado personal como para ser entendido por alguien ajeno a su propio autor.
Si los lee todos y son el suyo palabra por palabra ya puede entrar en crisis de forma oficial.
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montse said this on 18 octubre, 2011 a 18:15 |
Y cuando salga de la crisis volver a crear otro blog… 🙂
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Gotzon said this on 19 octubre, 2011 a 14:44 |
Posiblemente sea que todos entran en la misma promoción.
A veces es mejor crecer de abajo para arriba.
Saludos.
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Enmascarado said this on 18 octubre, 2011 a 23:27 |
Pues sí, sin prisa pero sin pausa. Saludos Enmascarado.
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Gotzon said this on 19 octubre, 2011 a 14:47 |
Imposible no identificarse con el narrador. La aventura virtual da apoyo e incertidumbre a partes iguales, y amenaza con un millón de dudas. Me ha gustado mucho este relato capaz de expresarlo con precisión y sobriedad. Un abrazo.
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Susana Camps said this on 19 octubre, 2011 a 11:06 |
Gracias Susana, otro para tí
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Gotzon said this on 19 octubre, 2011 a 14:46 |
Si es que al final somos todos iguales, has creado una bonita espiral de miedo, otra vez.
Abrazos
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Ana said this on 19 octubre, 2011 a 11:43 |
Leí el «bucle» de Jesus Esnaola y un comentario de Victor me dió la idea, gracias Ana
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Gotzon said this on 19 octubre, 2011 a 14:47 |