Inolvidable tarde de circo. (Microrrelato)


Inolvidable tarde de circo.

Reconozco que nunca me ha gustado el circo, no logró impresionarme ni siquiera en la infancia. Es por ello que me equivoqué de pleno al suponer que a estas alturas, siendo adulto y padre de dos niños, pasaría una tarde terrible en el interior de aquella vieja carpa instalada en los aledaños del ferial.

Pero un padre hace lo que sea por ver el entusiasmo en el rostro de sus hijos, la sorpresa plasmada en sus ojitos, el sobresalto, en fin, ese tipo de emociones que nos hacen recordar que merece la pena estar vivo.

¡Y vaya si acerté al comprar aquellas entradas! Al principio todo resultó ser como yo recordaba, los incómodos asientos de madera, la gotera impertinente, el típico payaso y su burda actuación, toscos malabaristas, magos de pega, aburridos domadores de fieras semidormidas…

Hasta que llegó el turno de los trapecistas…
Iluminado por dos potentes focos, aquel hombre de brazos musculosos, desafiando todas las leyes de la gravedad, se balanceaba saltando de columpio en columpio con precisión casi milimétrica.

Mis hijos aún mantienen esa expresión fascinante en sus ojos después de que, tras el eterno redoble de tambores, aquel extraordinario atleta nos deleitara con un irrepetible cuádruple salto, por supuesto, mortal.

Este Micro ha sido escrito para participar el la reunión de micros 
(tema "El Circo") del Blog Diario de Anónima Mente.

~ por Gotzon en 9 septiembre, 2010.

20 respuestas to “Inolvidable tarde de circo. (Microrrelato)”

  1. Hubiera puesto «esa expresión fascinada en sus ojos» pero es sólo una cuestión de gustos. Un gran gusto leer este micro.

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    • Gracias por la idea, pero, en mi opinión, la expresión de los ojos de los niños resulta fascinante para el padre… ahora dejo a cada lector que imagine si los niños estan fascinados…o acojonados, jajaja

      Saludos Patricia y gracias por la visita.

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  2. Está bien, Gotzon. Me recordó uno que escribi hace tiempo, pero en lugar de trapecistas, saltadores de trampolín:

    http://realidadesparalelos.blogspot.com/2009/05/salto-mortal.html

    Suerte en la reunión de Anónima Mente. Un abrazo.

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  3. Suerte en la reunión Gotzon, lo que más me ha gustado ha sido la última frase donde se resuelve con contundencia el relato. Un abrazo.

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  4. En el circo Price en Madrid hubo quien tuvo «la suerte» de ver un salto mortal, hace muchos años, dicen que todavía conservan la ilusión en sus ojos…
    Suerte! Me ha gustado mucho, me trae imágenes de la infancia

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  5. Genial. Mantienes la incertidumbre de saber que es lo que ha cambiado en el protagonista hasta el final.
    Muy bien.
    Un abrazo.

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  6. Jaja. Un poco morboso el señor. Pobres los niños, a quienes les espera una adultez plagada de recuerdos traumáticos a resolver en terapia.

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    • Que pobres!, aunque si uno se pone a pensar… ¿quién no ha sufrido a «los payasos de la tele» (y no hablo de la actual en la que son inevitables…)
      o al chavo del ocho… los simpson…el teleberri o Bob esponja?? 😀

      Al menos el circo es directo puro y duro…

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  7. No quiero imaginar la expresión fascinante, no sólo de los niños sino de todos, al ver el cuadruple salto mortal. Desde luego, ese circo no lo o0lvidan en sus vidas, ¿querrán volver?
    Suerte

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    • ¿Quién sabe?, yo creo que al circo hay que ir al menos dos veces en la vida… Una siendo niño, cuando te llevan tus padres… y otra siendo padre o madre, cuando te llevan tus niños…

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  8. Me gustaba tanto todo el desarrollo, me he impregnado tanto del ambiente del circo, que el final me ha dado mucha pena, lo cual quiere decir que lo has logrado: impactarme.
    Feliz fin de semana.

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  9. Un micro impecable, en mi opinión, felicidades. Y no está muy alejado de la realidad. La primera (y última) vez que me llevaron mis padres al circo, a Ángel Cristo se le fue el león de las manos y tuvimos que salir por patas…

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  10. ¡Tachán!

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