Inolvidable tarde de circo. (Microrrelato)
Inolvidable tarde de circo.
Reconozco que nunca me ha gustado el circo, no logró impresionarme ni siquiera en la infancia. Es por ello que me equivoqué de pleno al suponer que a estas alturas, siendo adulto y padre de dos niños, pasaría una tarde terrible en el interior de aquella vieja carpa instalada en los aledaños del ferial.
Pero un padre hace lo que sea por ver el entusiasmo en el rostro de sus hijos, la sorpresa plasmada en sus ojitos, el sobresalto, en fin, ese tipo de emociones que nos hacen recordar que merece la pena estar vivo.
¡Y vaya si acerté al comprar aquellas entradas! Al principio todo resultó ser como yo recordaba, los incómodos asientos de madera, la gotera impertinente, el típico payaso y su burda actuación, toscos malabaristas, magos de pega, aburridos domadores de fieras semidormidas…
Hasta que llegó el turno de los trapecistas…
Iluminado por dos potentes focos, aquel hombre de brazos musculosos, desafiando todas las leyes de la gravedad, se balanceaba saltando de columpio en columpio con precisión casi milimétrica.
Mis hijos aún mantienen esa expresión fascinante en sus ojos después de que, tras el eterno redoble de tambores, aquel extraordinario atleta nos deleitara con un irrepetible cuádruple salto, por supuesto, mortal.
Este Micro ha sido escrito para participar el la reunión de micros (tema "El Circo") del Blog Diario de Anónima Mente.
Hubiera puesto «esa expresión fascinada en sus ojos» pero es sólo una cuestión de gustos. Un gran gusto leer este micro.
Me gustaMe gusta
patricia said this on 9 septiembre, 2010 a 3:18 |
Gracias por la idea, pero, en mi opinión, la expresión de los ojos de los niños resulta fascinante para el padre… ahora dejo a cada lector que imagine si los niños estan fascinados…o acojonados, jajaja
Saludos Patricia y gracias por la visita.
Me gustaMe gusta
Gotzon said this on 9 septiembre, 2010 a 3:25 |
Está bien, Gotzon. Me recordó uno que escribi hace tiempo, pero en lugar de trapecistas, saltadores de trampolín:
http://realidadesparalelos.blogspot.com/2009/05/salto-mortal.html
Suerte en la reunión de Anónima Mente. Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Víctor said this on 9 septiembre, 2010 a 7:57 |
Gracias Victor, lo leeré…
Me gustaMe gusta
Gotzon said this on 9 septiembre, 2010 a 8:46 |
Suerte en la reunión Gotzon, lo que más me ha gustado ha sido la última frase donde se resuelve con contundencia el relato. Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Maite said this on 9 septiembre, 2010 a 9:06 |
Gracias Maite
Me gustaMe gusta
Gotzon said this on 9 septiembre, 2010 a 9:08 |
En el circo Price en Madrid hubo quien tuvo «la suerte» de ver un salto mortal, hace muchos años, dicen que todavía conservan la ilusión en sus ojos…
Suerte! Me ha gustado mucho, me trae imágenes de la infancia
Me gustaMe gusta
Ana said this on 9 septiembre, 2010 a 11:18 |
Debe ser impactante, si… (que nadie se lo tome a mal, todo el relato es pura ficción)
Gracias Ana.
Me gustaMe gusta
Gotzon said this on 9 septiembre, 2010 a 11:29 |
Genial. Mantienes la incertidumbre de saber que es lo que ha cambiado en el protagonista hasta el final.
Muy bien.
Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Torcuato said this on 9 septiembre, 2010 a 13:32 |
Gracias Torcuato… (me ha gustado mucho este comentario) Saludos.
Me gustaMe gusta
Gotzon said this on 10 septiembre, 2010 a 8:15 |
Jaja. Un poco morboso el señor. Pobres los niños, a quienes les espera una adultez plagada de recuerdos traumáticos a resolver en terapia.
Me gustaMe gusta
Un Poco Rara said this on 10 septiembre, 2010 a 7:00 |
Que pobres!, aunque si uno se pone a pensar… ¿quién no ha sufrido a «los payasos de la tele» (y no hablo de la actual en la que son inevitables…)
o al chavo del ocho… los simpson…el teleberri o Bob esponja?? 😀
Al menos el circo es directo puro y duro…
Me gustaMe gusta
Gotzon said this on 10 septiembre, 2010 a 8:11 |
No quiero imaginar la expresión fascinante, no sólo de los niños sino de todos, al ver el cuadruple salto mortal. Desde luego, ese circo no lo o0lvidan en sus vidas, ¿querrán volver?
Suerte
Me gustaMe gusta
Su said this on 10 septiembre, 2010 a 14:45 |
¿Quién sabe?, yo creo que al circo hay que ir al menos dos veces en la vida… Una siendo niño, cuando te llevan tus padres… y otra siendo padre o madre, cuando te llevan tus niños…
Me gustaMe gusta
Gotzon said this on 10 septiembre, 2010 a 23:06 |
Me gustaba tanto todo el desarrollo, me he impregnado tanto del ambiente del circo, que el final me ha dado mucha pena, lo cual quiere decir que lo has logrado: impactarme.
Feliz fin de semana.
Me gustaMe gusta
Maribel said this on 10 septiembre, 2010 a 21:27 |
Igualmente Maribel, me alegra leerte por aquí.
Me gustaMe gusta
Gotzon said this on 10 septiembre, 2010 a 23:16 |
Un micro impecable, en mi opinión, felicidades. Y no está muy alejado de la realidad. La primera (y última) vez que me llevaron mis padres al circo, a Ángel Cristo se le fue el león de las manos y tuvimos que salir por patas…
Me gustaMe gusta
Carlos said this on 13 septiembre, 2010 a 14:32 |
Menudo cristo se montaría, ¿no?
Saludos Carlos, y gracias.
Me gustaMe gusta
Gotzon said this on 13 septiembre, 2010 a 16:55 |
¡Tachán!
Me gustaMe gusta
budoson said this on 16 octubre, 2010 a 17:15 |
Pataplof! 😀
Me gustaMe gusta
Gotzon said this on 18 octubre, 2010 a 1:52 |