El Eco. (Microrrelato)
El Eco.
Una gran sonrisa iluminaba su cara cada vez que emitía un nuevo sonido, apenas unas décimas después, la montaña le contestaba milagrosamente. Emocionado por aquel efecto sonoro, probó con gran variedad de gritos, graves y agudos. Tarareó sus canciones preferidas, aplaudió, silbó, susurró su nombre y el de sus mejores amigos, siendo siempre respondido en los mismos términos, resultaba fascinante.
Pronto, el niño comenzó a mostrar síntomas de aburrimiento. Con aire burlesco y apoyando sus pequeños dedos en los labios, despedía desagradables pedorretas en dirección a la inmensa pared natural. Continuó su inocente travesura profiriendo hirientes insultos cada vez con más ímpetu y descaro, incluso acabó lanzando afiladas piedras contra la enorme roca que tenía en frente.
Aquel niño creció, demostrando un admirable respeto hacia el entorno que le rodeaba. Ya anciano, a menudo se contempla pensativo ante el espejo, no puede evitar acariciar con las yemas de sus dedos las profundas cicatrices que continúan deformando su rostro.
Este Microrrelato ha participado en el I Concurso de Microrrelatos Tinta al Sol.